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Hospital Privado Cordoba Institucional

Lumbalgia, el dolor de espalda más frecuente

Jueves 29 de Octubre de 2020

Se afirma que entre un 80% y 90% de las personas adultas presentarán, en algún momento de su vida, un cuadro de lumbalgia. En general afecta a las personas laboralmente activas, de entre 30 a 50 años y que desarrollan trabajos pesados, puede llegar a limitar el desarrollo de sus actividades laborales y producir incapacidad en el 11-12% de la población.

Pero, ¿qué es?, ¿se puede prevenir?, ¿cómo se trata? Para conocer todo sobre la lumbalgia y no subestimarla, profesionales de nuestro Hospital responden a estas preguntas.

Los tipos de lumbalgia y sus causas

El Dr. Juan Carlos De Battista, jefe del servicio de Neurocirugía y especialista en columna vertebral, refiere que pueden clasificarse según su origen (en mecánicas o inflamatorias) o bien por su duración. De acuerdo a esta última clasificación, la lumbalgia o “dolor de espalda” pueden dividirse en:

  • Aguda: cuando dura menos de 4 semanas.
  • Subaguda: su duración tiene lugar entre 4 y 12 semanas.
  • Crónica: cuando se prolonga más allá de los 3 meses. Este último tipo de lumbalgia comprende al 20% de los pacientes que la desarrollan.

En cuanto a sus causas, el doctor Maximiliano Toscano -miembro del servicio de Neurocirugía y especialista en columna vertebral- señala que “la gran mayoría de las lumbalgias no tienen una causa específica -un 85% de las mismas- y raramente son un síntoma de una enfermedad grave”. Y agrega que, además, se mejoran en pocas semanas con ejercicios específicos, cambios en el estilo de vida o posturales y analgésicos. Estas lumbalgias suelen estar relacionadas con una mala postura, un esfuerzo (gestos bruscos) o sobrecarga de la espalda, entre otros factores.

Entre las causas secundarias, y menos graves, es posible mencionar: 

  • Discopatía degenerativa: entre dos vértebras se encuentran los discos intervertebrales, formados por un núcleo pulposo (sustancia gelatinosa) y rodeado por un anillo fibroso. Con los años, los discos intervertebrales sufren cambios como deshidratación y pequeñas lesiones del anillo fibroso que los contiene. Esto lleva a cambios en las vértebras como sobrecrecimiento óseo (osteofitos). De igual forma, estos cambios son parte del proceso natural de envejecimiento del cuerpo y habitualmente no causan dolor. 
  • Protrusiones y hernias discales: las lesiones del anillo fibroso y la sobrecarga sobre los discos intervertebrales pueden llevar a que el núcleo pulposo migre de su posición pudiendo comprimir estructuras vecinas. Se pueden acompañar de dolor en el recorrido del nervio ciático o ser asintomáticos. En la mayoría de los casos, las protrusiones o hernias discales no causan dolor, pero en caso de ser responsables de un cuadro doloroso suelen curarse con tratamientos conservadores o no quirúrgicos. 
  • Osteoartritis u osteoartrosis: muchas veces estas patologías afectan a las caras articulares, que conectan una vértebra con la otra inmediata. Al igual que la discopatía degenerativa, esta es parte del proceso natural de envejecimiento de las vértebras. La “artrosis” de las articulaciones posteriores de la columna vertebral lumbar es una de las principales causas del dolor lumbar en adultos mayores de 50 años.  
  • Espondilolistesis: es una condición en la cual una vértebra se “desliza” sobre otra. Generalmente se produce por estrés sobre las caras articulares y puede estar asociada a un proceso degenerativo de las mismas. Estos desplazamientos no definen en sí mismos una necesidad de tratamiento quirúrgico.
  • Fracturas por osteoporosis: con los años, los huesos pierden parte de su estructura ósea y se debilitan, pero esta pérdida de la densidad ósea suele ser progresiva y asintomática. A veces también hay ciertos tratamientos médicos, como el uso prolongado de corticoides, que predisponen a esta pérdida de la matriz ósea. Este tipo de fracturas puede presentarse ante el mínimo traumatismo o inclusive sin la presencia del mismo. 
  • Estenosis del canal lumbar: se produce por reducción del espacio del canal vertebral. En general es causado por osteofitos y asociado a alteraciones de los discos y/u osteoartrosis. Además del dolor lumbar, se suele presentar con claudicación de la marcha, es decir necesidad de frenar la marcha por debilidad o dolor en los miembros inferiores, o dolor en una pierna por compresión de un nervio de la cola de caballo.
  • Síndromes miofasciales, fibromialgia, contracturas musculares: son causas muy frecuentes de dolor en personas jóvenes con sobrecarga laboral, escolar, deportiva o estrés psicofísico. Es fundamental su diagnóstico correcto para evitar un tratamiento quirúrgico de una “protrusión asintomática” no responsable del cuadro de dolor del paciente.

El doctor Gustavo Ibarreta, jefe de la sección de Patología y Cirugía de la Columna Vertebral, comenta que en raras oportunidades este cuadro doloroso se debe a una patología tumoral (mieloma múltiple, metástasis, tumores óseos primarios) o infecciosa (piógenas, tuberculosas y raramente fúngicas) o enfermedades inflamatorias de las estructuras vertebrales (espondilitis anquilosante). 

Igualmente hay otras patologías que se presentan con dolor de espalda y no están relacionadas con esta estructura, como cálculos renales, infecciones urinarias, embarazo, endometriosis, entre otras. Por esta razón, la consulta con especialistas en columna vertebral resulta fundamental ante la falta de respuesta al tratamiento clásico de estos cuadros frecuentes.

También se debe señalar que hay ciertos factores predisponentes, entre los cuales se encuentran:

  • Fumar.
  • Tener sobrepeso u obesidad.
  • Transitar un embarazo.
  • Realizar trabajos extenuantes o sedentarios.
  • Estrés relacionado al trabajo.
  • Sedentarismo.
  • Entre otros. 

Ahora bien, nuestros profesionales recomiendan tener en cuenta algunos consejos que permiten cuidar la espalda:

  • Al dormir, mantener una posición correcta a partir del uso de un colchón que no sea muy duro ni muy blando.
  • Realizar ejercicio diariamente, para favorecer el fortalecimiento de los músculos abdominales y paravertebrales, y también la elongación de estos.
  • Mejorar la postura durante la marcha, para lo cual es importante realizar un trabajo postural acompañado en algunos casos por terapias posturales activas (TPA) o de reeducación postural global (RPG).
  • Mantener un peso adecuado, para evitar sobrecargar la columna lumbar.
  • Prestar atención al realizar algunas tareas, como doblar las rodillas para levantar objetos, y evitar movimientos de rotación y flexión/extensión repetitivos.
  • No permanecer en reposo prolongado ante molestias lumbares, ya que puede prolongar el cuadro. 

¿Cómo se trata?

Debido a que principalmente no tienen una causa orgánica, el manejo de la lumbalgia es de forma conservadora. Se indican aquí modificaciones del estilo de vida, analgésicos, kinesioterapia física y reinicio de la actividad física en forma controlada y precoz. 

Un punto importante de las lumbalgias es que, superado el cuadro agudo, el mismo puede volver a producirse o prolongarse en el tiempo (el 15% se vuelven crónicos). Por esta razón, desde Hospital Privado conciben con gran importancia el abordar esta afección con un enfoque multidisciplinario con cada paciente y ayudar a realizar cambios permanentes en su vida diaria. Entre dichos cambios, por ejemplo, puede mencionarse la disminución de peso, realización de una actividad física adecuada (Taichí, yoga, natación, deportes supervisados), una re-educación postural, contar con los cuidados necesarios en la actividad escolar y laboral, etcétera. Todo esto permite una rápida y adecuada reinserción a la vida diaria, tanto laboral como social. 

¿Cuándo consultar?

Como se mencionó con anterioridad, la gran mayoría de las lumbalgias no tienen una causa específica y ceden solas en unos días o semanas. Sin embargo, se debe realizar una evaluación médica ante: 

  • Dolor prolongado, aún durante la noche o en reposo acostado.
  • Lumbalgia por primera vez en personas con más de 50 años.
  • Debilidad en una o ambas piernas, o dificultad para orinar o evacuar el intestino o disfunción sexual. Aquí deberá evaluarse rápidamente por un especialista. 
  • Dolor de espalda acompañado de fiebre inexplicable o pérdida de peso. 
  • Antecedentes de cáncer, inmunosupresión y/o personas que usan corticoides en forma prolongada o tienen osteoporosis. 
  • Si la lumbalgia se irradia hacia una pierna y sobre todo si se acompaña de debilidad en la misma. 
  • Traumatismo grave. 
  • Si el dolor de espalda no cede en 4 semanas y no tiene ninguno de los otros síntomas descriptos previamente. 

Nuestros servicios de Neurocirugía y Traumatología y Ortopedia trabajan en conjunto con especialistas en Medicina del Dolor para conseguir el mejor esquema analgésico inicial. De acuerdo a la patología que origina el dolor (si es secundario a algo orgánico), se programará y evaluará el mejor tratamiento para cada paciente. Entre las distintas herramientas con las que cuenta la institución se encuentra la posibilidad de un manejo inicial por parte de profesionales de Clínica Médica, Reumatología y Medicina del Dolor. En algunos casos puede llegar a ser necesaria la realización de procedimientos percutáneos (bloqueos farmacológicos bajo radioscopia, denervación por radiofrecuencia térmica) hasta cirugías mínimamente invasivas percutáneas o abiertas convencionales, según las posibilidades quirúrgicas y lo que requiera cada caso particular. 

En Hospital Privado, desde nuestro servicio de Medicina del Ejercicio y Rehabilitación, contamos con médicos deportólogos, kinesiólogos, fisioterapeutas y profesores de educación física. “Para el abordaje de estos casos diseñamos programas de ejercicios supervisados, la aplicación sistemática de estiramientos, el uso de técnicas de fisioterapia, como frío o calor, relajación y ejercicios respiratorios. Además de realizar un abordaje integral sobre el estilo de vida, posturas, hábitos alimenticios y de movimiento”, señala la doctora Julieta Alfonso, especialista en medicina deportiva. 

Por su parte, la licenciada en Kinesiología y miembro del servicio antes mencionado, Érica Abudi, comenta que “desde la fisioterapia se ofrecen técnicas de terapéutica manual aplicada a la columna, osteopatía y Reeducación Postural Global (RPG), siempre en manos de profesionales altamente especializados”. Y agrega que “todas las personas deben saber que el ejercicio físico es una de las mejores herramientas para superar el dolor de espalda y si el mismo es supervisado será mucho más efectivo”. 

Para mejorar cuadros de lumbalgia y prevenir que se desarrollen nuevamente en un futuro, es de vital importancia contar con un programa de actividad y/o ejercicios graduales que tenga por objetivo mejorar la función y la prevención del empeoramiento de la discapacidad física. Esto de acuerdo a las necesidades, preferencias y capacidades de cada persona, pero con asistencia de un profesional que controle en forma directa y realice un seguimiento con la historia clínica del paciente.

A partir de lo antes dicho, el doctor Maximiliano Toscano finaliza al decir que “un abordaje multidisciplinario es la mejor herramienta para que un paciente pueda resolver su cuadro doloroso y alcanzar la plenitud tanto emocional como social y laboral, en su vida”.

Para consultas y más información, comunicarse al (0351) 4688888.