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Volver¿Movimientos faciales involuntarios? Podría ser un espasmo hemifacial y hay una solución definitiva

En el Hospital Privado Universitario de Córdoba estamos a la vanguardia en tratamientos que realmente cambian la vida de nuestros pacientes. Nuestros especialistas en Neurocirugía realizan de forma habitual un procedimiento de alta complejidad mínimamente invasivo llamado descompresión microvascular (MVD) del nervio facial. Esta cirugía es indicada para pacientes que sufren la compresión de uno o varios nervios a la altura del tronco cerebral, generalmente por una arteria o vena. Este procedimiento alivia la presión sobre el nervio, mejorando de forma significativa los síntomas y, en muchos casos, solucionando el problema de raíz.
¿Qué es el espasmo hemifacial?
La comprensión del nervio afecta con mayor frecuencia al nervio trigémino (V par craneal), causando la conocida neuralgia del trigémino (un dolor facial agudo e intenso). También es muy común en el nervio facial (VII par craneal), que da origen al espasmo hemifacial. Es importante saber que, aunque menos frecuente, aproximadamente un 5% de los pacientes pueden experimentar la compresión de ambos nervios (trigémino y facial) al mismo tiempo. Además, existen otros dolores crónicos e intensos en zonas como el oído o la garganta que también pueden ser causados por una compresión microvascular.
El espasmo hemifacial es un trastorno poco común que provoca contracciones involuntarias y repetitivas en un solo lado de la cara. Aunque no suele ser doloroso, puede afectar mucho la vida diaria y el estado emocional. Quienes lo padecen a menudo lo describen como un "tic" facial que se vuelve cada vez más molesto.
Generalmente, el espasmo empieza en el párpado y luego avanza hacia la mejilla o la boca. Al principio, aparece de forma esporádica, pero con el tiempo puede volverse constante e interferir con actividades cotidianas como leer, manejar o conversar.
Afecta a 1 de cada 10.000 personas, siendo más frecuente en mujeres mayores de 40 años.
¿Por qué se produce?
En la mayoría de los casos, el espasmo hemifacial ocurre porque una arteria o vena está mal posicionada y presiona constantemente el nervio facial. Este nervio es clave para el movimiento de la cara, pero también para el gusto, la audición y la producción de lágrimas. Esta presión constante "irrita" el nervio, alterando su funcionamiento y generando esos movimientos musculares involuntarios que tanto molestan.
En casos menos frecuentes, la causa puede ser un tumor, una malformación vascular, un aneurisma o secuelas de una parálisis facial anterior.
Síntomas más comunes
Los signos pueden variar según la evolución del cuadro, pero entre los más frecuentes se encuentran:
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Movimientos repetitivos del párpado.
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Espasmos en la mejilla o alrededor de la boca.
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Cierre involuntario y forzado del ojo.
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Boca desviada hacia un lado.
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Espasmos constantes que afectan todo un lado de la cara.
Con el tiempo, estos espasmos pueden ser visibles, molestos e interferir con las actividades diarias.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico del espasmo hemifacial se basa principalmente en una evaluación clínica detallada y en la realización de una resonancia magnética, con secuencias específicas que permiten estudiar la relación de los nervios con los vasos sanguíneos. Este estudio es fundamental porque permite identificar si existe una compresión vascular sobre el nervio facial, que es la causa más común de esta condición.
En algunos casos, el equipo médico puede indicar estudios complementarios para evaluar otras posibles causas o afinar el diagnóstico, pero la resonancia magnética suele ser la herramienta más precisa y utilizada para orientar el tratamiento.
¿Cuál es el tratamiento?
El tratamiento del espasmo hemifacial puede abordarse desde dos frentes: paliativo y curativo.
Dentro de los tratamientos paliativos, la opción más frecuente es la aplicación de toxina botulínica (bótox), que ayuda a controlar los movimientos involuntarios. Este procedimiento es ambulatorio y sus efectos suelen durar entre 3 y 6 meses, dependiendo de cada persona.
En el caso de los tratamientos curativos, la descompresión microvascular es la alternativa definitiva y permanente, ya que libera al nervio de la compresión y corrige el origen del trastorno. El éxito del tratamiento quirúrgico a 5 años es mayor al 91% y la tasa de recurrencia son bajas, menor al 5%.
Descompresión microvascular (MVD)
La descompresión microvascular es una cirugía mínimamente invasiva que libera al nervio facial de la presión ejercida por una arteria o vena. Para lograrlo, el neurocirujano interpone un pequeño material aislante entre ambas estructuras, evitando el contacto y eliminando los espasmos.
“Es una cirugía segura y eficaz que ofrece resultados muy positivos para quienes sufren esta condición. Es clave que los pacientes consulten, porque muchas veces desconocen que existe una solución definitiva”, explica el Dr. Juan Carlos De Battista, Jefe del Servicio de Neurocirugía del Hospital Privado.
En el Hospital Privado Universitario de Córdoba contamos con un equipo de profesionales especializados en neurocirugía vascular y acceso a tecnología de vanguardia, lo que nos permite abordar este tipo de procedimientos con los más altos estándares de seguridad y calidad, brindando una alternativa real a quienes padecen estas condiciones.
Para más información o para solicitar una consulta con nuestro equipo médico, llamanos al (0351) 468-8888.