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Dislexia, ¿cómo tratarla?

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La expresión de esta dificultad varía, por lo que puede no manifestarse totalmente hasta que las demandas de las aptitudes académicas afectadas pongan en evidencia los síntomas que presenta un niño. Si se plantea una buena intervención puede llegar a mostrarse prácticamente asintomático. Es por esto que es de gran importancia un diagnóstico temprano para ayudar al niño.

¿Cuáles son sus causas?

No se conocen con seguridad. Sin embargo, se cree que el origen es una falla del sistema nervioso central, en la habilidad para organizar símbolos gráficos.

Tratamiento

Hay varios grados de dislexia y no siempre se presentan todos los factores alterados, por lo que el tratamiento para cada niño será diferente.

Cuando se diagnostica dislexia, un especialista en lenguaje (como un fonoaudiólogo o logopeda) puede llevar al niño hasta el nivel de lectura apropiado a sus niveles de aprendizaje. El tratamiento en un primer nivel estará orientado a trabajar y reforzar los aspectos centrales que se ven alterados en la dislexia:

  • Afianzar la lateralidad y direccionalidad (diferencias entre izquierda y derecha, arriba y abajo, por ejemplo).
  • Lograr un buen conocimiento del esquema corporal.
  • Alcanzar una correcta orientación espacio-temporal.
  • Desarrollar el lenguaje en todos sus aspectos, haciendo hincapié en la conciencia fonológica; es decir, que el niño pueda diferenciar un sonido. Por ejemplo, entre el sonido de “p” y “d” o de “pa” y “da”.

Todos estos aspectos constituyen los pre-requisitos para un buen aprendizaje de la lectura y escritura.

Es importante no etiquetar como disléxico a un niño antes de determinada edad. Aunque sí debemos vigilar cómo adquiere el aprendizaje del código fonológico y comprobar su evolución para intervenir a tiempo y evitar que las manifestaciones se agraven. El diagnóstico no es seguro hasta alcanzar al menos los siete años, edad en la que se supone que se han adquirido las habilidades del lenguaje escrito.

Realizar un buen diagnóstico siempre cobra sentido por distintas razones: permite al niño descubrir que se le entiende y que se está dispuesto a ayudarle, la familia comenzará a tranquilizarse al comprender el motivo de las dificultades del niño, se facilitará que el colegio ponga los medios necesarios para una educación adecuada a sus características y permite al profesional conocer el perfil completo del niño con el fin de proceder a diseñar un plan de tratamiento e intervención.

¿Cómo se inicia la intervención?

Una vez confirmado el diagnóstico, se realiza una entrevista para informar y explicar al niño y a su familia que tiene dislexia y en qué consiste, qué tipo de intervención se propone, y por qué.

Los contenidos con los que se debe trabajar son estudiados cuidadosamente y se van adaptando a las necesidades según la evolución. Las herramientas deben ser atractivas, variadas e imaginativas para hacer de cada sesión un momento útil y divertido, en la que se mantiene su interés.

El proceso de intervención es largo, pero si se interviene debidamente el pronóstico es alentador, los niños consiguen paliar sus dificultades y mejorar su rendimiento. El éxito de la intervención es mayor cuanto antes se intervenga.