Prevención

Volver

Alergias en el hogar

Compartir este articulo!

Las alergias son un estado de hipersensibilidad del organismo a una sustancia concreta (alérgeno) cuando ésta se inhala, se ingiere o se toca. Numerosos factores externos ayudan al desarrollo o aumento de los síntomas alérgicos: el polen de las plantas, algunos medicamentos, picaduras de insectos, animales domésticos, determinados alimentos y el exceso de moho en el hogar.

La mayoría de los agentes antígenos están en el hogar y conforman el polvo: pólenes, pelos de animales, fibras textiles, hongos... además de incluir un componente tremendamente alergizante: el ácaro del polvo.

Los Ácaros y el Moho

Los ácaros son unos pequeños arácnidos invisibles a simple vista (miden de 4 a 8 micras) inofensivos pero tremendamente alérgenos. Se alimentan de las escamas humanas y animales (teniendo en cuenta que un adulto desprende alrededor de 1,5 gramos de escamas o piel muerta a diario, se puede alimentar a unos 100.000 ácaros). Su lugar preferido es la cama, sobre todo los colchones, por lo que los síntomas se presentan durante la noche principalmente. También habitan peluches, alfombras, frazadas, en fin... cualquier objeto textil.

Los ácaros son los responsables de la mayor parte de alergias respiratorias. La mal llamada alergia al polvo, pues son los ácaros los culpables, se desarrolla, en general, en ambientes cálidos y húmedos.

Los hongos son propios de casas húmedas con poca luz, filtraciones, poco soleadas o ventiladas. La ropa, los zapatos y otros objetos de piel guardados en armarios son su lugar habitual. Cuando la concentración es grande, se crean las típicas manchas de humedad. El hongo más peligroso, el moho, es una de las principales causas de alergias. Crece en las cortinas del baño, en los marcos de las ventanas y en los sótanos húmedos.

¿Es lo mismo alergia a los hongos, a los mohos o a la humedad?

Podemos afirmar que los hongos causantes de enfermedades alérgicas, son todos ellos mohos.
Es correcto hablar de alergia a los hongos, y de hecho es el término mas extendido, aunque es más específico si habláramos de alergia a mohos. En lenguaje no científico se suele hablar de alergia a la humedad, debido a que en la mayor parte de los casos los mohos crecen y se reproducen en ambientes con elevada humedad, pero es evidente que esta per se no desencadena ningún proceso alérgico.

Algunos consejos útiles:

  • Para eliminar los ácaros en el polvo casero
  • lavar las sábanas y las mantas cada semana con agua caliente y secarlas al sol o en una secadora caliente.
  • Las almohadas y los colchones deben protegerse con cobertores especiales y conviene retirar las alfombras, sobre todo, de las habitaciones.
  • El control más adecuado del moho es el cuidado de la propia humedad. Éste no crece si no hay humedad, por lo que es mejor solucionar el problema de la filtración de agua. Si bien en muchos casos deberá contratarse un servicio profesional, otras tareas domésticas son sencillas: arreglar posibles problemas de tuberías, ventilar los baños (fundamental para los niños), no colocar alfombras en fuentes constantes de humedad, frotar el moho para sacarlo de las superficies duras con detergente y agua, secar por completo estos espacios y mantener los aparatos de aire acondicionado limpios.

¿Qué podemos hacer en nuestro hogar?

  • Efectuar limpiezas intensas y constantes, pasar la aspiradora por los muebles, sofás y colchón un par de veces por semana.
  • Sacudir las alfombras a menudo y mantenerlas limpias de polvo y pelos de animales. Si se aspiran, pasar la aspiradora en sentido contrario a los pelos de la alfombra.
  • El baño y la cocina deben estar ventilados para que no aumente la humedad ni se favorezca la aparición de mohos.
  • Ventilar las habitaciones durante una media hora cada día (después de la media mañana), permitiendo que circule aire por todas las habitaciones, especialmente en el dormitorio.
  • Limpiar los filtros de los aires acondicionados regularmente y sus conductos una vez al año.
  • Si se poseen plantas de interior, vigilar el buen estado de las hojas y de la tierra, asegurándose de que no haya signos de putrefacción o contaminación por hongos.
  • Mantener las mascotas fuera del dormitorio en época de alergia ya que transportarán polen y otras partículas. Lávarlas más a menudo esos días.
  • Mantener bien limpia y seca la cocina en general: mesada, estantes, cajones y utilizar un desinfectante que acabe con el moho.
  • En el baño, limpiar cada parte de él con un limpiador que termine con el moho. Lavar las cortinas regularmente con cloro o un producto similar. Después de la ducha, pasar una esponja o un trapo por las paredes. Mantener abierta la cortina o la puerta cuando no esté en uso, para que transpire y no se acumule la humedad. La ventilación es muy importante.