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VolverDía Mundial del Asma: una afección que requiere concientización
Este 7 de mayo conmemoramos el Día Mundial del Asma, una fecha dedicada a aumentar la conciencia sobre esta enfermedad respiratoria crónica que afecta a millones de personas en todo el mundo.
Se trata de una enfermedad que no tiene cura, pero con el tratamiento adecuado es posible controlar los síntomas y llevar una vida plena y activa.
Desde el servicio de Neumonología de nuestro Hospital, nos unimos a esta importante causa brindando información y recursos para ayudar a tomar conciencia sobre el asma y su manejo adecuado.
¿Qué es el asma?
El asma es una enfermedad respiratoria crónica que se caracteriza por la inflamación y el estrechamiento de los bronquios. Los síntomas del asma incluyen tos, silbidos, opresión en el pecho y dificultad para respirar. Estos síntomas pueden ser leves o graves y pueden variar de una persona a otra.
La enfermedad se diagnostica a partir de sus signos más característicos, historia familiar de asma, alergias o bien de hallazgos en un examen físico.
¿Cuáles son sus síntomas?
Cuando el aire queda atrapado en los pulmones se generan los síntomas característicos del asma:
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Falta de aire.
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Opresión torácica.
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Tos.
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Silbidos en el pecho.
Es importante recalcar que, si bien estos síntomas pueden ser considerados “normales” por algunos pacientes, o están acostumbrados a sentirlos, no deben interpretarse así ya que son indicios de que existe una afección.
El asma es una enfermedad que puede aparecer en cualquier edad y se caracteriza por presentar una intensidad variable en sus síntomas, con períodos en los que empeora y otros en los que mejora. De este modo, es posible que presente cambios durante el día y la noche, e incluso que permanezca “en silencio” durante períodos largos de tiempo para luego volver a dar síntomas. Aun así, es importante destacar que puede ser tratada y controlada.
¿Cuáles son sus causas de aparición?
No existe una única causa para el desarrollo de esta enfermedad. Sin embargo, hay determinados factores que elevan el riesgo de ser asmático.
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Predisposición genética: prácticamente la mitad de las personas que padecen asma presentan antecedentes familiares. Sin embargo, no se conocen patrones genéticos que determinen la transmisión generacional.
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Atopía: es la capacidad del individuo para desarrollar respuesta alérgica ante diversos estímulos.
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Tabaquismo: el tabaquismo, tanto propio como materno, puede desencadenar asma.
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Exposición ambiental: a sustancias inhaladas, como alergenos dentro de las vivencias, humo de tabaco, irritantes químicos o contaminación atmosférica.
¿Qué factores desencadenan una crisis o empeoran el asma?
Existen algunas sustancias que, al tratarse de alérgenos, pueden desencadenar los síntomas de asma en personas susceptibles si son inhaladas en la cantidad y el tiempo suficientes. Las más comunes son:
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El polen al cual estamos más expuestos en días secos, ventosos y soleados.
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Ácaros del polvo que pueden encontrarse en el hogar.
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Hongos domiciliarios que pueden hallarse en alimentos, frutas, papeles y cartones, bolsas de basura, paredes húmedas, baños, aire acondicionado, entre otros.
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Animales, por su pelo, caspa, heces, orina o saliva.
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Algunos medicamentos.
Para controlar la enfermedad es muy importante evitar la exposición a esta clase de sustancias u otras que pueden desencadenar o empeorar los síntomas.
Ante una crisis de asma, es importante actuar de manera rápida y efectiva. Si una persona experimenta silbidos, tos o dificultad para respirar, se recomienda que use un inhalador de rescate, que suele contener un medicamento broncodilatador que ayuda a abrir las vías respiratorias. Si los síntomas persisten o empeoran, es importante buscar atención médica de inmediato.
Tratamiento farmacológico de la enfermedad
En cuanto a los tratamientos, existen varias opciones disponibles para el control del asma. Los medicamentos inhalados, con corticoides, son la primera línea de tratamiento para la inflamación de las vías respiratorias. Los broncodilatadores, como los inhaladores de rescate, ayudan a abrir las vías respiratorias y aliviar los síntomas de manera rápida. Además, se recomienda evitar los desencadenantes del asma, como el humo del tabaco, la contaminación del aire y los alérgenos.
Cabe destacar que el asma puede ser efectivamente controlada y mejorada, por lo que no hay que resignarse a vivir con las limitaciones que esta afección genera.
Para ello, contar con la información necesaria, identificar los factores que empeoran la enfermedad, los chequeos y consultas médicas periódicas son importantes para llevar una buena calidad de vida.
Para consultas y más información, solicitá tu turno al 0351 4688888.
Fuente: Dra. Vanesa Abrate, Jefa del servicio de Neumonología de nuestro Hospital.
