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VolverEl control del embarazo, semana a semana
Durante el embarazo es fundamental el acompañamiento médico y, por lo tanto, las visitas al obstetra.
Si el embarazo no presenta complicaciones, las visitas serán:
- Hasta la semana 32: una vez al mes.
- De la semana 32 a la 36: cada 15 días.
- De la semana 36 a la 40: una vez a la semana.
De igual manera, también es importante conocer cuáles son los controles que se harán semana a semana durante el embarazo.
PRIMER TRIMESTRE
A partir de las 3 semanas de gestación, en algunas mujeres, el test de embarazo puede ser positivo, aunque no es lo más frecuente. Ahora bien, entre la semana 4 y 5 se produce el retraso de la menstruación, y por ello es el momento habitual de hacer el test de embarazo, que dará positivo.
En la semana 6, con una ecografía transvaginal se puede ver la vesícula vitelina y el embrión con latido cardíaco. Además, con una ecografía abdominal se podrá ver el saco del embarazo, pero es difícil ver el embrión por esta vía.
Entre las 7 y 9 semanas es habitual y recomendable, programar la primera visita al médico. En ella se valorarán los posibles riesgos de la gestación, aunque la mayoría de los embarazos son de bajo riesgo. También se registrará el peso y la tensión arterial, y se controlarán el resto del embarazo.
Entre las 8 y las 12 semanas de embarazo se deberá programar el primer análisis de sangre, que informará acerca del estado sanguíneo, del grupo y factor sanguíneo de la madre y se analizarán las pruebas de infecciones (en términos médicos serologías) que permitirán saber si se han pasado determinadas enfermedades. También se determinarán los anticuerpos del HIV. Es muy importante realizar todas estas pruebas dado que si la madre tuviese una infección, podría pasar al feto pero en muchos casos es posible tomar medidas para reducir este riesgo.
A las 12 semanas es el momento de una ecografía de primer trimestre o screening del 1 trimestre. Esto es así porque en este momento el desarrollo anatómico y el tamaño del feto permiten comprobar que la mayoría de órganos se han formado adecuadamente. La otra medición que se realiza es la traslucencia nucal y otros tres marcadores Ecográficos que en conjunto con marcadores bioquímicos en sangra materna nos ajustara el riesgo que tiene ese feto de tener una mutación cromosómica. También puede calcularnos el riesgo de que esa madre tenga una preclamsia o un recién nacido de bajo peso. Este estudio en Argentina es electiva su realización por los pacientes.
Entre la semana 13 a 15 se continúa con las visitas rutinarias, normalmente mensuales.
SEGUNDO TRIMESTRE
A partir de la semana 20, se recomienda hacer la ecografía morfológica. Con ella, además de tomar las medidas del feto, podrá realizarse un examen detallado de toda su morfología órgano por órgano.
Durante la realización de la ecografía morfológica también puede medirse el Doppler de las arterias uterinas y el cuello de la matriz. La medición del flujo que pasa a través de las arteria uterinas mediante ecografía Doppler permite entender cómo está funcionando la placenta y se usa para valorar el riesgo de algunas complicaciones del embarazo como la preclamsia (hipertensión del embarazo) o retraso de crecimiento intrauterino (problemas de crecimiento del bebé).
La medición del cérvix o cuello uterino sirve para estimar el riesgo de parto prematuro. Tanto el Doppler de uterinas como el cérvix uterino pueden ya medirse en la ecografía de primer o de segundo trimestre para valorar el riesgo de posibles complicaciones del embarazo.
A partir de la semana 22 ya se puede escuchar el latido cardiaco del feto. En la consulta del ginecólogo, se escucha el latido cardiaco con un aparato eléctrico poniendo un cursor con un poco de gel sobre la pared abdominal en la zona donde se sospecha que está el corazón y escuchándolo a través de un pequeño altavoz. Es importante recordar, que en estas semanas a veces cuesta localizar el latido cardiaco debido a los movimientos del feto y a las diferentes posturas que éste adopta.
Entre las 24 y las 28 semanas es el momento de realizar la analítica de segundo trimestre: se solicitará el hemograma para valorar si existe anemia, la serología de toxoplasma en caso que fuese negativa en el primer trimestre y la prueba oral de tolerancia a la glucosa. Este último permite detectar embarazadas con un mayor riesgo de tener diabetes durante la gestación y se realiza de forma rutinaria en el segundo trimestre.
Las visitas al obstetra que se realicen en estas semanas incluirán la evaluación de la tensión arterial y de la pérdida de proteínas en orina para descartar que esté apareciendo una complicación del embarazo que se llama preclamsia.
En estas semanas se completara el calendario de vacunación.
Entre las 26 y las 32 semanas suele ser el mejor momento para la realización de la ecografía 3D/4D, y así poder ver la cara del futuro bebé.
Si la paciente lo desea también es momento de comenzar el curso de profilaxis para el parto.
TERCER TRIMESTRE
A partir de la semana 31 y hasta las 34 semanas debe realizarse la ecografía de tercer trimestre, con la finalidad de evaluar el crecimiento del feto y su posición.
De la semana 33 a la 37 es el momento de realizar los análisis del tercer trimestre: donde vuelve a realizarse un hemograma para valorar la anemia y la serología de toxoplasma si la gestante no está inmunizada, además de una prueba coagulación previendo la administración de analgesia peridural si la gestante lo desea.
Entre la semana 35 y 37 se realiza un cultivo vaginal, para descartar la presencia del germen Streptococo agalactiae. Si resultara positivo, se administrará antibióticos durante el trabajo de parto para prevenir una eventual infección del bebé.
En la semana 37, en caso de presentar contracciones uterinas, el ginecólogo realiza un tacto vaginal para ver las características del cuello del útero.
En la semana 38 también es posible que le hagan a la embarazada una exploración para ver la dilatación del cuello y su grado de borramiento.
Entre las 39 y 40 semanas es el mejor momento para programar una cesárea en los casos en los que esté indicada de forma electiva. Por ejemplo, en caso de presentación de nalgas, situación transversa, dos o más cesáreas previas u otra contraindicación para el parto vaginal.
Si el embarazo es de bajo riesgo, a partir de la semana 40 suele efecturarse la monitorización del feto mediante el Test No Estresante (NST). Esta prueba permite valorar el bienestar fetal.
Entre las 41 y las 42 semanas se realizan controles más seguidos y se suele llevar a cabo una monitorización de la frecuencia cardíaca del feto y de las contracciones maternas, una ecografía para valorar el líquido amniótico, el peso y los movimientos del feto y el cuello uterino.