Práctica sencilla, indolora, aunque algo molesta, que consiste en la opacificación del conducto de drenaje de las glándulas salivales con contraste yodado. Permite evaluar la permeabilidad del conducto, su morfología y diagnosticar ciertas patologías (cálculos, quistes, etc.).
Debe concurrir con ayuno de 6 horas y provisto de un limón (el jugo de éste citrus, que el médico Radiólogo derrama alrededor del orificio de la glándula antes de comenzar el examen, facilita su rápida identificación).